sábado, 8 de octubre de 2011

Cultura basura, cerebros privilegiados


CULTURA BASURA, CEREBROS PRIVILEGIADOS de Steven Johnson, cuando estaba ojeando este libro lo que más me llamó la atención era la tesis que defendía, totalmente opuesta a la opinión mayoritaria y dominante de que lo que consideramos productos de puro entretenimiento, los programas y series de televisión mas populares, el cine de masas, internet o los videojuegos estaban atrofiando el cerebros de las masas volviéndolos cada vez más "tontos" y pasivos.   


Johnson  por el contrario afirma que la "cultura de masas está aumentando de complejidad progresivamente a causa de tres factores interrelacionados: Los apetitos naturales del cerebro, el sistema de la industria cultural y las plataformas tecnológicas en evolución" tesis principal a la que denomina "la curva del dormilón" y a lo largo del libro va dando argumentos y ejemplos que confirman su tesis, algunos con más aciertos y otros apenas perfilados apoyándose unas veces en estudios de terceros y otras en comparaciones  y análisis de los distintos productos de la cultura popular. 

Así en el mundo de las series compara y analiza la complejidad de "Dallas" con "Los Sopranos", "El ala oeste de la Casa Blanca", "Canción triste..." o "Los picapiedras" con "Los Simpson"; en el mundo del cine películas como "Bambi" o "Toy story", la saga de la "La guerra de las galaxias" con "El señor de los anillos"; en el mundo de los videojuegos "PacMan" con  "SimCity" o "Age of Empires", "Civilization", o la serie de "Zelda". Incluso defiende el valor de productos de la telebasura como "El gran hermano" o "Supervivientes" con argumentos convincentes. Quizás pase como en todo si solo veo "El gran hermano" o sólo juego a los Sims  y me tiro horas y horas realizando este tipo de actividades no creo que sea muy estimulante y enriquecedor, y que ayude a elevar el CI; más bien hay que buscar un equilibrio entre las actividades que llenan nuestras ocio para que éstas experiencias vitales enriquezcan nuestras vidas.

Un aspecto interesante de los videojuegos que Johnson resalta es que la estructura de los mismo y la ausencia de instrucciones fomenta ciertas capacidades cognitivas, la actividad fundamental del jugador es tomar decisiones unas inmediatas a corto plazo y otras estratégicas a lardo plazo "estas decisiones se basan en dos modalidades de esfuerzos intelectual que son clave para el aprendizaje colateral de los juegos. Las denomino sonda y telescopio", la sonda incluye la exploración, la búsqueda de las reglas del juego y los patrones ocultos incluso sondear los límites de la física del juego; telescopio tiene que ver con percibir relaciones y determinar prioridades.


Libro en fin subversivo que lucha contra los tópicos y los prejuicios sobre los videojuegos, la televisión, internet y otras manifestaciones de la cultura popular de una forma amena e inteligente que nos hace reflexionar y replantearnos nuestras opiniones. También nos ayuda en nuestra labor como padres a no agobiarnos al contemplar a nuestros hijos jugando a los videojuegos, después de todo también están ejercitando el "cerebro".



CONTRAPORTADA

¿Recuerdan El dormilón de Woody Allen? ¿Aquella película en que un personaje despierta en el futuro, descubre que todo aquello que resultaba nocivo para su salud se sabe ahora beneficioso? Steven Johnson recupera esta idea para crear su Curva del Dormilón en Cultura basura, cerebros privilegiados y contradecir uno de los grandes prejuicios del mundo postmoderno: la idea de que los videojuegos, la tele, Internet y otros entretenimientos de hoy en día son perjudiciales para el desarrollo cognitivo y moral de la gente.

Johnson sostiene que en un universo plagado de entretenimiento generalizado, que apunta, intelectualmente hablando siempre hacia arriba, la cultura popular de hoy obliga a sus consumidores a realizar tareas cognitivas: tomar decisiones rápidamente y plantear estrategias a largo plazo en el caso de los videojuegos de rol, o llegar a manejarse en el entorno virtual de Internet.

Incluso la tele-basura es más compleja y estimulante en términos de complicación del “argumento” y exigencia de atención por parte del espectador como en los casos de Supervivientes o Gran Hermano, programas que habitualmente se citan como ejemplos claros del declive cultural.

Cultura basura, cerebros privilegiados es un libro que consigue enganchar como el mejor de los thrillers y que ayuda a comprender el mundo que nos rodea la mejor de las guías de viaje.

Steven Johnson nació en 1968 y se licenció en Literatura inglesa y semiótica en las universidades de Columbia y Brown donde forma parte del departamento de Cultura Moderna y medios de comunicación. Es autor de siete libros sobre la intersección de ciencia, tecnología y experiencia personal. Es también co-creador de tres páginas web muy influyentes: la revista online FEED, la comunidad ganadora de un Premio Webby Plastic.com, y la página outside.in.
 Es colaborador y editor de Wired, escribe regularmente para The New York TimesThe Wall Street JournalThe Financial Times, y muchos otros periódicos. Además está en las juntas de consultores de varias empresas relacionadas con Internet.


ÍNDICE
Introducción: La Curva del Dormilón.
Primera Parte: Juegos, Televisión, Internet, Cine.
Segunda Parte.
Epílogo.
Notas sobre lecturas recomendadas.
Notas. Agradecimientos.


TEXTOS

  • "Este libro es un anticuado trabajo de persuasión que en última instancia se propone convencer al lector de una cosa: en términos generales, a lo largo de los últimos treinta años, la cultura popular se ha vuelto más compleja y estimulante desde el punto de vista intelectual. Donde la mayoría de los comentaristas dan por supuestos una carrera cuesta abajo y una disminución del nivel cultural - 'una sociedad cada vez más infantilizada', en palabras de George Will-, yo veo una historia progresista: la cultura de masas volviéndose más sofisticada, exigiendo más implicación cognitiva a cada año que pasa. Imaginemos una especie de lavado de cerebro positivo: de forma continua, aunque casi imperceptible, los medios de comunicación vuelven nuestra mente más aguda mientras nos empapamos de un entretenimiento normalmente rechazado como insustancial e intrascendente. A esta tendencia ascendente la denomina 'La Curva del Dormilón, por la clásica secuencia de la película de fingida ciencia ficción de Woody Allen...". Pág. 13.


    “Enseñamos álgebra a los niños sabiendo muy bien que desde el día que abandonen la escuela, el noventa y nueve por ciento jamás volverá a utilizar directamente sus habilidades algebraicas. Aprender álgebra no tiene que ver con adquirir una herramienta específica, sino con crear una musculatura mental que nos resultará práctica en cualquier otro contexto... Pues lo mismo con los juegos. Lo importante no es qué estamos pensando cuando jugamos, sino cómo pensamos”. Pág. 45.

    "...los juegos nos obligan a tomar decisiones mucho más que los libros, las películas o la música. Puede que las novelas estimulen la imaginación y que la música evoque emociones intensas, pero los juegos nos apremian a decidir, a escoger, a dar prioridades. Todas las ventajas intelectuales de ellos derivan de esta virtud fundamental, pues aprender a pensar tiene que ver, en última instancia, con aprender a tomar las decisiones correctas: sopesar datos, analizar situaciones, tener en consideración los objetivos a largo plazo y al final decidir. Ninguna otra forma cultural popular implica directamente al aparato cerebral de toma de decisiones de la misma manera" . Pág. 45-46
  • “Para seguir la trama [de las series de televisión] hemos de concentrarnos, y al hacerlo ejercitamos la parte del cerebro que cartografía las redes sociales. La serie puede tratar de asesinatos por venganza o de atentados terroristas, pero el aprendizaje colateral conlleva algo totalmente distinto y más nutritivo. Tiene que ver con las relaciones”. Pág. 100.

    "Casi todas las formas de actividad on-line sostenida tienen carácter participativo: escribir e-mails, mandar mensajes instantáneos, crear diarios de fotos, enviar análisis de dos páginas sobre el episodio de anoche de El aprendiz. A Steven Jobs le gusta definir la diferencia entre la televisión y la Red como la diferencia existente entre medios activos y pasivos. Con el ordenador interconectado nos inclinamos hacia delante, centramos la atención, nos implicamos, mientras que con la  televisión perdemos conciencia del entorno. (Aunque no tanto como antes, desde luego) Este es el conocido axioma de que la interactividad es buena, y es prueba de que, de vez en cuando, la sabiduría tradicional es realmente sabia." Pág. 103.

    "Según todas las medidas decisivas de complejidad -cuántos hilos narrativos debemos seguir, cuánta información contextual necesitamos interpretar a la carrera- El Señor de los Anillos obliga a pensar mucho más que La guerra de las galaxias." Pág. 109.
  • “Las series televisivas actuales más innovadoras –El ala oeste de la Casa Blanca, 24, Los Simpson, Los Soprano– suelen atraer a un número de espectadores que oscila entre diez y quince millones. Según este criterio, por tanto, El ala oeste es unas veinte veces más de masas de lo que eraDickens, aun cuando este no tenía rivales que le disputaran la atención del público ­–no había televisión, radio ni cine con los que competir–. […] Su público era de masas según los patrones victorianos; ningún autor verdaderamente literario había atraído antes a tantos lectores. Pero según los criterios modernos, estaba escribiendo para la élite”


    "La Curva del Dormilón es accionada parcialmente por la fuerza de la repetición. A lo largo de los últimos veinte años, un cambio fundamental ha transformado la economía del entretenimiento popular: en la actualidad, las producciones originales son menos lucrativas que las reposiciones". Pág 137.

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